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Las y los fellows de la WKKF Global Abrazan la Sabiduría Local en Cazumbada, Brasil

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La Global Fellows Network (GFN) de la Fundación W.K. Kellogg (WKKF) es un colectivo que abarca más de 40 países y más de 1,100 personas en los EE. UU., América Latina, el Caribe y el sur de África, todos graduados de los programas de becas de WKKF, tanto actuales como pasados. Dentro de sus filas se encuentran líderes y lideresas de base, servidores y servidoras públicas, docentes, jueces y juezas y personal médico. Cada uno posee experiencia y sabiduría en la creación de cambios transformadores dentro de sus organizaciones y comunidades.

Fellows de la Global Fellows Network de la Fundación W.K. Kellogg tuvieron la oportunidad de experimentar la vibrante y inspiradora comunidad de Baixada Maranhão en el noreste de Brasil. Esta región rural alberga quilombos, que son comunidades establecidas por personas negras e indígenas anteriormente esclavizadas. Las fellows se sintieron profundamente conmovidas por el espíritu colectivo, la resiliencia y la resistencia de estas comunidades, que sirvieron como una poderosa inspiración para su propio trabajo.

La reunión fue organizada por Maria Regina Martins Cabral, una fellow de GFN y directora del Instituto Formação. Desde 2009, el instituto ha trabajado con el Instituto Baixada para determinar las prioridades de financiamiento regional para la zona. “Cada dos años, realizamos encuentros de desarrollo territorial y juventud, reuniendo a movimientos, asociaciones comunitarias, docentes, agricultoras y agricultores y grupos juveniles para discutir qué tipo de desarrollo necesita realmente el territorio de Baixada y construir una agenda de trabajo para la filantropía comunitaria en este territorio a través de una escucha genuina,” dijo Cabral.

“Después de un tiempo hermoso e intenso de reflexión sobre la estructura de estos encuentros, decidimos transformarlo en un momento para compartir con otras personas y organizaciones, no solo del territorio, sino también con personas y organizaciones que realizan y apoyan acciones similares a las nuestras,” agregó.

Este encuentro se ha transformado en “Cazumbada: Territorios educativos que revolucionan el desarrollo local”. El nombre fue elegido para honrar a cazumba, un personaje conocido de la región de Baixada Maranhão, similar a un buey, que evoca una mezcla de emociones, incluyendo miedo, molestia y diversión, todo al mismo tiempo.

“La Cazumbada es ese encuentro con lo desconocido, que puede asustar a muchas personas, pero en realidad es un encuentro extremadamente afectuoso y alegre, un encuentro de conocimiento en lugares poco conocidos, pero con poder,” dijo Cabral.

Desarrollo profesional inmersivo

En noviembre de 2023, representantes de más de una docena de organizaciones de Brasil, México, Perú y Estados Unidos se unieron a la comunidad en Cazumbada para excursiones y actividades inmersivas que demostraron el poder y la importancia de la filantropía comunitaria para impulsar el cambio social.

“Queremos que nuestras socias y socios se sumerjan en la Baixada Maranhense y nos conozcan a nosotras y nosotros y a las personas que viven la rutina de este territorio. Es importante conocer la vida tal como es, y las vidas se fortalecen aún más con estos encuentros y alianzas,” dijo Cabral.

El evento incluyó talleres que mostraron los motores económicos de la gastronomía, las artesanías hechas a mano y la cultura, así como reuniones con líderes, lideresas y organizaciones locales. Para las y los integrantes de GFN que participaron, Cazumbada fue una oportunidad inigualable para el desarrollo profesional; cantaron, bailaron, cocinaron y aprendieron nuevas habilidades. “Normalmente vamos y participamos en mesas redondas. Es importante, pero allí tuvimos la oportunidad de vivir dentro de las comunidades y aprender de una manera quizás más efectiva,” dijo Jaqueline Soares da Silva, coordinadora de programas en G10 Favelas en Recife, una organización sin fines de lucro que apoya a los y las residentes brasileñas que viven en favelas, las cuales son comunidades de bajos ingresos en las afueras de las ciudades.

“No fue como una conferencia tradicional,” dijo Carmen Elizabeth Villa Chávez, directora ejecutiva de LigaLab y enlace de GFN para las y los fellows de América Latina y el Caribe. “La forma en que aprendimos de las comunidades y las organizaciones que realizan el trabajo fue muy poderosa. Es como la definición de comunidades empoderadas.”

“Esta inmersión nos dio práctica en lo que creo que también se necesita hacer en nuestras comunidades. Si no estás ahí, es difícil entender lo que la comunidad realmente necesita,” dijo Maria Cristina de Araujo.

Uniendo los puntos

Da Silva, quien vive en una comunidad mayoritariamente negra y apoya proyectos para mujeres negras y personas que se identifican como LGBTQIA, sintió que encontró a sus ancestras y ancestros en los quilombos de la Baixada Maranhense.

“Nuestra cultura ancestral está viva y presente allí. Proviniendo de un contexto urbano — siempre enfrentando violencia, barrios marginales y racismo — vemos que las personas que fueron esclavizadas huyeron para crear su propia comunidad. Es increíble ver esa cultura”, dijo da Silva.

El mayor desafío en el trabajo de Da Silva es conseguir financiamiento sostenible. En Cazumbada, estableció valiosas conexiones con organizaciones que podrían apoyar su labor: “A veces las personas con financiamiento están en un mundo paralelo, así que tener acceso a ellas fue increíble.”

Para otras fellows, la conferencia fomentó ideas para la colaboración. En la ciudad costera de Piaui, cerca de Maranhão, Maria Helena Cortez de Melo Pires y Araujo están restaurando un puerto pesquero cerrado para apoyar la revitalización de la industria pesquera de la región. Además de la pesca, las y los residentes de Piaui cosechan frutas locales, como el babbasu.

Parte de la economía de Maranhão también depende del babbasu, una fruta que produce aceite y se utiliza en la cocina y en cosméticos, de manera similar al aceite de coco. Lamentablemente, la cosecha industrial de esta fruta ha provocado la deforestación en ciertas regiones.

“Piaui y Maranhão no están tan lejos. Solo hay un río entre nosotras y nosotros,” dijo Pires. “Al igual que en Cazumbada, en Piaui existe el desafío de obtener babbasu de manera sostenible. Empezamos a hablar con María Regina sobre cómo aprovechar económicamente estos recursos naturales en un mercado más sostenible y dinámico. Así, las personas no necesitarán abandonar sus hogares debido a la devastación forestal.”

Encontrando apoyo en la red

Cazumbada arrojó luz sobre los desafíos de financiar proyectos en comunidades pequeñas, una lucha que Araujo conoce bien. “Es difícil conseguir que este financiamiento ocurra en comunidades donde es complicado obtener un recibo o una factura. Entonces, ¿cómo financias proyectos y demuestras acción a nuestras financiadoras? A veces sabemos que una acción beneficiaría a la comunidad, pero no podemos encontrar la manera de llevarla a cabo,” dijo ella.

Araujo ha encontrado este desafío a menudo en su trabajo con pescadores. Recientemente organizó una capacitación sobre educación ambiental y seguridad marítima, pero para que los pescadores pudieran tomar la capacitación, tendrían que dejar de trabajar. Debido a las complejidades relacionadas con la asistencia gubernamental, Araujo no pudo proporcionar becas directas a los pescadores y las pescadoras. En cambio, tuvo que asociarse con una asociación local de pesca para ofrecer la capacitación y pagar a las pescadoras y pescadores por su tiempo.

Asistir a Cazumbada y conectarse con otros y otras fellows de GFN le dio fuerza para continuar trabajando hacia soluciones innovadoras.“Hay diferentes contextos en la comunidad quilombosa y en la comunidad pesquera. Sin embargo, encontramos algunas dificultades comunes. Necesitamos adaptarnos a la hora de intentar tomar medidas”, dijo.

Esperanza y acción inspiradoras

Cabral cree que Cazumbada ha sido beneficioso tanto para los y las asistentes como para las personas de la comunidad.

“Quienes se quedan en el territorio después del encuentro se sienten más poderosos para llegar aún más lejos; quienes salen y regresan a sus países y a sus instituciones saben que deben seguir trabajando para hacer un mundo mejor para todas las personas que viven en él. Es bueno sacudir los territorios con una corriente de positividad”, afirmó.

Villa partió con un renovado sentido de propósito en su propio trabajo en Chiapas, México. Su misión: promover la democracia y combatir la corrupción. El tráfico de personas y de drogas son problemas en Chiapas debido a su proximidad a la frontera con Guatemala.

“A veces es fácil perder la esperanza. Ante un problema u otro nivel de complejidad, es fácil pensar que las cosas no están mejorando. Fue inspirador ver a nivel local cómo las vidas de muchas personas están cambiando para bien”, dijo Villa. “Una red como [la GFN] fortalece las buenas prácticas de las y los profesionales y las instituciones. Nos hace darnos cuenta de que lo que hacemos es muy importante y que debemos seguir haciéndolo”, dijo Cabral.

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