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Un año con HOPE
En un solo año, HOPE (Hope Enterprise Corporation/Hope Credit Union) situó a cientos de residentes de Misisipi (en su mayoría, personas y familias negras) en la senda de la estabilidad financiera y la creación de patrimonio generacional ampliando el acceso a préstamos hipotecarios, al consumo y a pequeñas empresas.
HOPE, una institución financiera de desarrollo comunitario con la misión de fortalecer comunidades históricamente desfinanciadas, importa capital para proyectos de desarrollo comunitario y ofrece productos financieros asequibles a través de sus cooperativas de crédito, situadas en lugares de baja movilidad. En su reciente Informe de Impacto, HOPE destacó algunas de sus exitosas estrategias para abordar la inseguridad alimentaria, la propiedad de viviendas por parte de la comunidad negra, el acceso a vivienda y el desarrollo de pequeñas empresas en 2021.
Gran parte de la labor transformadora de HOPE se llevó a cabo en Misisipi, un estado con una tasa de pobreza de casi 19 %, que suele figurar entre los últimos puestos de los principales índices de salud, económicos y sociales. HOPE tiene 12 sucursales en todo el estado.
Bill Bynum, director general de HOPE, afirma que la labor de la organización se ve impulsada, en parte, “por el firme compromiso de sus partidarios, que siguen invirtiendo tiempo, dinero y dedicación en colaborar con HOPE para forjar una economía más inclusiva”.
Apoyo a las pequeñas empresas
Un sustento financiero de HOPE mantuvo operativa la agencia de Courtney Jacobs, Insurance Done Right (IDR), incluso cuando algunos de sus asegurados dejaron de pagar sus primas durante la pandemia. Le aprobaron un préstamo Power of HOPE de 10 000 dólares, un producto diseñado para pequeñas empresas que superan los desafíos económicos de la COVID-19. Como muchas madres trabajadoras, había pasado a tener una oficina virtual en casa y el préstamo le permitió mejorar su equipo y contratar a otro empleado.
A la hora de obtener capital para mantener su negocio a flote, Jacobs afirma que tenía pocas opciones porque los bancos más grandes “me ignoraban”, debido a que no tenía un historial empresarial y a sus ingresos limitados.
“Como empresaria de minorías, significa mucho tener un socio bancario o algún tipo de sistema de apoyo”, dijo Jacobs, que es de raza negra. “Siento que no estoy sola y que tengo apoyo y seguridad si quiero crecer.”
Jacobs afirma que el préstamo de HOPE va más allá de una transacción financiera; es una inversión en el futuro de sus hijos y de toda su comunidad.
“Mi hija tiene 8 años y su sueño es trabajar para IDR o ‘ser como mamá’ en algún momento”, dijo. “Esto es algo que puedo transmitir a mis hijos y darles la oportunidad de ser empresarios”.
En 2021, HOPE aprobó 213 préstamos Power of HOPE a particulares y empresas de Mississippi. Asimismo, proporcionó 881 préstamos del Paycheck Protection Program en el transcurso del programa para empresas duramente afectadas por la pandemia. Según el Hope Policy Institute, la rama de defensa de HOPE Hope Policy Institutemás del 20 % de las empresasdel estado son propiedad de personas negras. Sin embargo, no reciben el mismo acceso al capital.
El acceso limitado al capital o a los servicios bancarios para empresas y particulares es una de las consecuencias de la pobreza arraigada en la región que atiende HOPE. La tasa de personas sin servicios bancarios en Misisipi (12.8%) es la más alta del país,según la FDIC,y señala la razón por la que los servicios de HOPE son tan vitales.
Solo en 2021, HOPE concretó 8.2 millones de dólares en préstamos al consumo en Misisipi, 72% de los cuales se otorgaron en comunidades con índices de pobreza superiores al 20%. HOPE dirige sus productos asequibles a mujeres, así como personas de color y aquellas con bajos ingresos, quienes se enfrentan a las mayores barreras para acceder a las herramientas financieras necesarias para prosperar.
Una solución para la inseguridad alimentaria
El acceso limitado a alimentos sanos es otra de las consecuencias frecuentes cuando se vive en zonas de alta pobreza. Para hacer frente a la inseguridad alimentaria en una ciudad del Delta del Misisipi, HOPE se asoció con líderes comunitarios, organizaciones filantrópicas y organismos gubernamentales en torno a un concepto innovador: el Mississippi Delta Online Grocery Program.
Sin industria y con una población en declive, eran escasas las probabilidades de atraer una nueva tienda de comestibles a Drew, una comunidad de 1927 habitantes en el condado de Sunflower, donde la tasa de inseguridad alimentaria es del 22 %.
La última tienda de comestibles de la comunidad cerró en 2014, lo que obligó a los residentes, como Amanda Griffin, a recorrer 32 kilómetros hasta el Walmart de Cleveland para comprar fruta, verdura y otros alimentos.
“Fue muy difícil, sobre todo porque tenía problemas de salud y dependía de otras personas para que me llevaran,” afirma Griffin, que padece lupus, diabetes y una afección cardiaca.
Ahora, Griffin y sus tres hijas en edad escolar forman parte de las 45 familias que pueden confiar en el servicio en línea para obtener alimentos frescos. El programa funciona en una armería renovada, donde se almacenan los artículos de Walmart. Los residentes hacen un pedido en línea utilizando una cuenta de Walmart, y luego retiran sus alimentos en la armería o los reciben a domicilio.
HOPE y Drew Collaborative desarrollaron el concepto. Entre los financiadores del proyecto figuran WKKF, Delta Regional Authority, el USDA y HOPE.
El número de familias participantes sigue en aumento, según Gloria Dickerson, fundadora de We2gether Creating Change, organización sin fines de lucro líder en la colaboración y socia de la WKKF.
“Aminora el problema de quienes no tienen transporte para ir a la tienda porque nosotros se lo conseguimos,” señala. “También me gusta porque los residentes aprenden a usar la tecnología para hacer pedidos por Internet”.
Griffin mencionó la practicidad y atribuyó al servicio el mérito de ayudar a su familia a tomar decisiones alimentarias más saludables.
“Fui una de las primeras en probarlo y lo uso desde entonces”, dijo. “No solo compro para mí, sino también para mi madre, mi abuela y mi hermana, que tiene parálisis”.
Acumular activos mediante viviendas propias
La vivienda propia es un pilar en la estrategia de HOPE para crear riqueza en lugares de baja movilidad. De las 125 hipotecas de HOPE aprobadas en 2021, más de la mitad se otorgaron en Misisipi, según Ed Sivak, vicepresidente ejecutivo y director de política y comunicaciones de HOPE.
Las familias que residen desde la costa del Golfo hasta Jackson se convirtieron en propietarias: muchas de ellas adquirieron sus viviendas por primera vez y calificaron para una hipoteca después de recibir información para compradores de viviendas y asistencia de HOPE para mejorar sus calificaciones crediticias.
El equipo financiero de HOPE compartió cómo trabajó con Tellisha Crawford, miembro de la Costa del Golfo, para mejorar su calificación crediticia mediante el refinanciamiento de su préstamo de automóvil.
Y a medida que el número de ejecuciones hipotecarias relacionadas con la pandemia aumentaba en todo el país, las políticas de financiamiento de HOPE sirvieron para mantener a más de sus miembros en sus hogares.
Y a medida que el número de ejecuciones hipotecarias relacionadas con la pandemia aumentaba en todo el país, las políticas de financiamiento de HOPE sirvieron para mantener a más de sus miembros en sus hogares.
“Uno de cada cuatro prestatarios hipotecarios de la cartera de HOPE estaba en situación de indulgencia” durante la pandemia, señaló Sivak, quien explicó que los pagos mensuales de los prestatarios se aplazaron debido a las dificultades económicas.
“Por eso existimos, para ayudar a la gente a sortear estos tiempos difíciles”, agregó.
Proporcionar la seguridad de un refugio
La escasa cifra de viviendas disponibles y asequibles para personas con bajos ingresos en Misisipi ronda las 48 000 unidades, según la National Low Income Housing Coalition. Tras casi tres décadas financiando viviendas asequibles, HOPE se ha convertido en una institución experta en el desarrollo de estrategias de inversión innovadoras para hacer frente a esa necesidad.
En el caso del complejo habitacional Millcreek en Brookhaven, HOPE recurrió a dos programas federales de incentivos fiscales: Opportunity Zones y Low Income Housing Tax Credit. Opportunity Zones se creó en 2017 para estimular la inversión en lugares desfavorecidos, mientras que LIHTC proporciona incentivos para promover la construcción o rehabilitación de viviendas para familias de bajos ingresos. Millcreek es el resultado de una inversión de capital de 1.5 millones de dólares del Opportunity Zone Fund de HOPE, aunado a incentivos de LIHTC.
El financiamiento de HOPE para subsanar las deficiencias “hizo posible este proyecto”, señaló Mike Molinari de Southport Financial Services, promotor de viviendas multifamiliares, cuando se anunció el proyecto.
El complejo de 48 unidades se encuentra en una zona censal de Opportunity Zone muy desfavorecida, donde el 25 % de los habitantes viven en la pobreza. HOPE financió el proyecto a precios inferiores a los del mercado, con la condición de que los promotores solo rentaran a inquilinos con ingresos inferiores a 35 000 dólares. Las familias empezaron a mudarse a las viviendas el pasado mes de junio.
El vecindario de casas de ladrillo de tres dormitorios y dos baños incluye un área de juegos, jardines y aceras, servicios que compiten con cualquier urbanización de mercado.
“La prosperidad colectiva de Estados Unidos depende de que se derriben las barreras que han frenado a las comunidades durante demasiado tiempo, de que se saque a la gente del precipicio económico y se les proporcionen las herramientas que necesitan para triunfar”, agrega Bynum en el Informe de impacto de HOPE. “Todos nos beneficiamos cuando más personas están preparadas para triunfar”.
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