Equidad RacialSistemas Alimentarios

Reencontrarse con las tradiciones ancestrales con La Semilla Food Center

0
Photo Credit: Zeke Peña

This post is also available in: English (Inglés) Kreyòl (Creole Haitiano)

El amor de Rubí Orozco por la comida comenzó a temprana edad. Durante su infancia en Cuernavaca, Morelos (México), aprendió que la comida era algo más que un alimento dentro de su identidad cultural: a menudo, escuchaba a su abuela improvisar poesía para sus plantas.

“Ahí es donde se plantaron mis semillas de conexión entre la comida, la salud y la comunidad”.

Tras emigrar a Estados Unidos con su familia, Rubí estudió ciencias de la salud y ahora es directora del departamento de crónicas de La Semilla Food Center,una organización sin fines de lucro con sede en Anthony, Nuevo México, que fomenta sistemas alimentarios saludables, autosuficientes, justos y sostenibles en la región del Paso del Norte, al sur de Nuevo México, y El Paso, Texas.

Desde sus inicios, La Semilla ha practicado la cultura relacionada con las costumbres alimentarias. El departamento de crónicas se formalizó mediante la creación y publicación de un zine,Comida, tierra y nosotros: un vistazo al proyecto de ley agrícola desde la región Paso del Norte

El zine, un auténtico esfuerzo de colaboración, surgió de un grupo de trabajo sobre políticas, el cual estudió cómo las estructuras alimentarias locales dependen de quién tiene acceso a la tierra, al crédito y a otros recursos, y de cómo la política estadounidense influye en esas decisiones. Al reconocer la necesidad de educar a los miembros de la comunidad sobre la política agrícola y alimentaria de Estados Unidos, el zine utilizó métodos narrativos creativos para mostrar cómo las políticas afectan a las comunidades locales. Con el apoyo de Cristina Domínguez (cofundadora y directora ejecutiva de La Semilla) y Krysten Aguilar (anteriormente, codirectora ejecutiva de La Semilla y ahora directora de Castanea Fellowship), la directora de políticas de La Semilla, V. Quevedo, desmitificó las complejas políticas de la ley agrícola estadounidense, mientras que Rubí desarrolló un argumento narrativo basado en el lugar y el artista Zeke Peña colaboró con ilustraciones y su experiencia editorial.

Photo Credit: Zeke Pe

“Las leyes sobre cómo cultivamos y distribuimos los alimentos están agrupadas en la ley agrícola”.

Al compartir la historia de la política agrícola en Estados Unidos, los coautores del zine crearon una narrativa que demostraba cómo la historia y la cultura locales se entrecruzan con los sistemas alimentarios nacionales. Con el zine, se aclaró cómo las políticas discriminatorias y desfavorables que centran las prioridades de la agroindustria contribuyen a la exclusión de recursos para los agricultores a pequeña escala y de raza negra, indígenas y de color que optan por no cultivar alimentos con agroquímicos.

El departamento de crónicas de La Semilla puede servir de ejemplo para otras organizaciones agroalimentarias que trabajen en el cambio de sistemas. La práctica narrativa puede llevar a la gente a comprender los problemas que afectan sus vidas, así como a actuar al respecto. A diferencia de algunas organizaciones sin fines de lucro, este no es un departamento de marketing: sus objetivos se centran en cambiar el poder mediante la promoción de la estrategia cultural y el cambio narrativo arraigado en la comunidad, fomentando tradiciones alimentarias saludables y aumentando la conexión con el ecosistema del desierto de Chihuahua.

Como señala Rubí: “a menudo, en las crónicas dominantes, se piensa que el desierto es infértil o menos atractivo que los bosques. Nos enseñan a devaluar la abundancia y el conocimiento que encierran las plantas y el ecosistema”.

“Las costumbres alimentarias son la forma en que cultivamos y compartimos los alimentos. Las costumbres de la palabra son las formas en que utilizamos el lenguaje para conectar, crear cultura y guiarnos unos a otros. Además, hay una intersección entre ambas: el arte de las palabras en torno a la comida”.

Rubínos recuerda constantemente que todo está conectado. Mientras las comunidades siguen experimentando los efectos nocivos del cambio climático y la producción masiva de alimentos, los métodos agrícolas tradicionales surgen como vías para combatir de forma sostenible las enfermedades y resolver los desafíos alimentarios y económicos de la región.

“Los daños sufridos antes y actualmente han afectado gravemente nuestras conexiones con el ecosistema, incluso las conexiones entre nosotros”, afirma Rubí. Si cuidamos estas conexiones, podemos mejorar la salud interrelacionada de las familias fronterizas y las ecologías naturales y sociales. En muchos casos, esto implica reencontrarse con las tradiciones ancestrales y las formas de conocimiento incluso de hace unas cuantas generaciones”.

“Significa apoyar una política más justa y equitativa para las personas y las plantas y el suelo de nuestra región, y también canalizar recursos hacia las personas de la región que se ocupan de esas prácticas inherentemente regenerativas”.

Para sanar, debemos conectar. Rubí nos recuerda que nuestras palabras tienen poder. Nuestras historias son eso: conforman quiénes somos, cómo aprendemos unos de otros y nos recuerdan que tenemos tanto el poder como las respuestas para un futuro más sano y próspero.

Learn More:

HOPE ayuda a familias y comunidades a alcanzar la libertad financiera

Previous article

Expanding Equity: fomentar la equidad racial en el entorno empresarial

Next article

Comments

Comments are closed.