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Creación de programas que permitan a las comunidades subrepresentadas recibir salarios prósperos

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Photo credit: Isabel Lopez Slattery

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En los primeros meses de la pandemia, Stacia Mason comenzó a trabajar en un almacén de Amazon ubicado en la zona oeste de Michigan. La labor era físicamente exigente, pero ella demostró de manera constante su capacidad para asumir responsabilidades adicionales.

A lo largo del siguiente año, Stacia recibió tres merecidos aumentos. Sin embargo, a pesar de su entusiasmo por el trabajo, se dio cuenta de que la paga no era suficiente para cubrir sus necesidades.

“Tuve que tomar la difícil decisión de dejar mi puesto por problemas con los servicios de cuidado infantil. Encontrar una guardería adecuada inmediatamente después del inicio del COVID fue todo un reto, y nos puso en una situación complicada”, explicó.

Después de su tiempo en Amazon, Stacia se tomó un descanso para enfocarse en cuidar de sí misma y de sus bebés.

Con el tiempo, obtuvo un puesto como gerente en una empresa de vigilancia, con un sueldo de 25 dólares por hora. Durante este periodo, siguió explorando otras oportunidades profesionales, sobre todo en el sector de la tecnología, aunque sintió que carecía de las habilidades necesarias para desempeñar esas funciones, ya que no tenía un título universitario.

“Un día, mientras estaba en casa, me llegó un folleto por correo de parte del West Michigan Center for Arts and Technology (WMCAT). En el folleto, se anunciaba el lanzamiento de la primera cohorte (para recibir formación) en gobernanza, riesgo y cumplimiento en ciberseguridad”, menciona. “Sentí que era el momento ideal”.

Unos días después, Stacia aplicó para el programa, y pronto recibió la noticia de que la habían aceptado.

Stacia se integró a la primera cohorte de formación gratuita en gobernanza, riesgo y cumplimiento del WMCAT, como parte del Programa de Formación Profesional para Adultos de la organización. El programa de siete meses le ofreció la posibilidad de aprender desde casa al tiempo que recibió un pequeño estipendio en caso de que surgiera una emergencia económica.

Jamon Alexander es el presidente y director general del WMCAT. Ayudó a lanzar el programa el pasado octubre.

“Nuestro objetivo es hacer frente a las brechas de ingresos y riqueza en nuestras comunidades, y la tecnología ofrece la oportunidad de tener salarios prósperos”, dijo.

Según los datos recientes del Institute for Women’s Policy Research (IWPR), las mujeres negras de Michigan que trabajan a tiempo completo ganan casi el 65% menos al año que los hombres blancos contrapartes. En otras palabras, los hombres blancos en el Estado ganan más de 21,000 dólares al año trabajando a tiempo completo que las mujeres negras.

Intencionalmente, Jamon menciona que el programa busca involucrar personas que se identifican como negras, indígenas o de color.

“Sabemos que los miembros de la comunidad BIPOC y las mujeres han sido subrepresentados en el ámbito profesional de la tecnología. Así que, para nosotros, ha sido importante dirigirnos a las comunidades BIPOC y a las mujeres para que tengan acceso a las oportunidades que nos impulsarán hacia el futuro”.

En esta última cohorte, se inscribieron 12 personas, y se graduaron 11. Más de la mitad se identifican como negras, el 18% como latinxs o hispanas, el 18% como asiáticas de las islas del Pacífico y el 9% como multirraciales. Casi el 64% de las personas graduadas se identifican como hombres y el 36% como mujeres.

Para garantizar el éxito de estos estudiantes, Jamon reconoció la importancia de ofrecer un apoyo personalizado y adaptable a cada miembro de la cohorte.

Este enfoque integral implicó proveer un terapeuta individual que estuviera a disposición de los estudiantes a lo largo de los siete meses del programa, ofreciéndoles apoyo esencial en su camino hacia la salud mental.

Además, los estudiantes tuvieron acceso a un navegador de prestaciones estatales que, cuando lo necesitaron, les facilitó el proceso de solicitud de prestaciones financiadas por el Estado, como el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP por sus siglas en inglés) o Medicaid.

Fue ese enfoque de “las personas van primero” lo que motivó a Tracie Coffman de la Fundación W.K. Kellogg a asociarse con el WMCAT en el trabajo.

“Siempre intento pensar en los espacios que ofrecen programas profesionales que conduzcan a un gran crecimiento y a una buena remuneración, pero que actualmente están ocupados predominantemente por gente blanca”, dijo. “El sector de la tecnología es uno de ellos”.

Según el informe State of the Workforce de CompTIA, una asociación sin fines de lucro de la Asociación de la industria de tecnología de la computación con sede en Illinois, más de 200,000 personas trabajan en el campo de la tecnología en el estado de Michigan.

Sin embargo, solo el 27% de ellos son mujeres, y menos del 10% se identifican como negros, y solo el 3% como hispanos o latinos.

“El WMCAT estaba muy interesado en cambiar esta situación y centrarse en las personas de color para estas clases en estos programas a través de esta cohorte”, explicó Tracie.
“Lo cual coincide directamente con una de las áreas en las que esperábamos centrarnos aquí en Grand Rapids”.

Los salarios iniciales para un puesto de ciberseguridad que trabaje en gobernanza, riesgo y cumplimiento se encuentran entre los 60,000 y 70,000 dólares al año.

“El campo de la tecnología presenta muchas desigualdades raciales debido a quién tiene acceso a los programas profesionales del sector”, dijo “Pero además de eso, estos programas no representan sólo salarios… sino también salarios prósperos”.

Para ella, resultó evidente apoyar un programa que puede ayudar a una familia a pasar de vivir de cheque en cheque a recibir un salario digno.

“Fue muy emocionante invertir en un trabajo que iba a ayudar intencionadamente a las familias de color a buscar salarios que les ayudaran a ellas y a los niños y niñas  de esos hogares a prosperar”, explicó Tracie.

Al recordar los siete meses que pasó en el programa, Stacia no puede evitar decir: “Fue absolutamente increíble”.

“Todavía quedaban muchas cosas por hacer, ya que éramos la primera generación, pero el equipo que teníamos y los mentores eran increíbles”, dijo. “Aprendimos quiénes éramos como personas y cómo usar esas fortalezas a nuestro favor en el ámbito empresarial y en el mundo corporativo”.

El programa ofrece una combinación de clases presenciales y virtuales para adaptarse a los diversos horarios de trabajo de cada persona.

“Incluso tuvimos la oportunidad de utilizar la realidad virtual para algunas de nuestras prácticas de aprendizaje, todo desde la comodidad de nuestros hogares”, comentó Stacia.

Tras numerosas noches de estudio y aprendizaje, a finales de junio, Stacia tomó la iniciativa de guiar a su generación hacia la siguiente fase de su viaje al pronunciar un discurso en la graduación.

“Ahora que terminé el programa, no puedo evitar sentir una abrumadora sensación de orgullo, emoción y realización. Estoy agradecida por la afortunada cadena de acontecimientos que me ha traído hasta aquí, lo que me ha demostrado que no hace falta tener un título universitario para triunfar en el sector de la tecnología”.

Tras aquella memorable noche, Stacia recibió numerosas ofertas de trabajo de reclutadores que estaban entusiasmados por contratarla.

“Ni en mis mejores sueños había imaginado que me invitaran a aplicar a estos puestos”, dijo.

En la actualidad, Stacia trabaja a tiempo completo como analista de gobernanza, riesgo y cumplimiento en Acrisure, una correduría de seguros de la zona. Trabaja desde casa, lo que le permite cierta flexibilidad para cuidar de su hijo de 2 años. Pasó de ganar 25 dólares por hora antes del programa WMCAT a 70,000 dólares al año.

“Nunca me habría imaginado ganar lo que estoy ganando sin tener un título universitario”, agregó.

El potencial de ingresos de alguien como Stacia podría superar los 120,000 dólares anuales.

Para Stacia, no son solo los ingresos estables y prósperos lo que le ha ayudado a tener más independencia, confianza y seguridad, sino también lo mucho que disfruta este tipo de trabajo.

“Es el mejor trabajo que he tenido. Mi equipo es asombroso. Son muy atentos y amables, y me ayudan en el proceso de aprendizaje, son tan simpáticos”, dijo.

Hoy en día, Stacia se siente más segura que nunca de lo que se ha demostrado a sí misma que puede lograr.

“Los mentores y profesores del programa superaron mis expectativas”, expresó.

“Me animaron, destacaron mis fortalezas y me motivaron para seguir adelante. También me proporcionaron las herramientas esenciales que necesitaré para aventurarme en el mundo de la tecnología”, agregó.

El año que viene, el WMCAT añadirá capacitación en ingeniería de seguridad en la nube a su actual formación en gobernanza, riesgo y cumplimiento como parte del programa de ciberseguridad gratuito. Estas iniciativas proporcionarán a treinta personas residentes en el condado de Kent la oportunidad de acceder a oportunidades de empleo bien remuneradas y, así, prosperar.

Todos los créditos de las fotografías pertenecen a Isabel Lopez Slattery

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