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En marzo de 2020, el brote pandémico de COVID-19 alteró la vida cotidiana en Michigan y en todo el mundo.
Esta situación sin precedentes también amplió las disparidades e injusticias en materia de salud entre las personas de color y otros grupos desatendidos.
En respuesta, se formó Black Impact Collaborative (B.I.C.), entre los líderes de la comunidad de Grand Rapids, para satisfacer las necesidades inmediatas y a largo plazo de la población negra de la zona. En colaboración con Cherry Health —con sede en Grand Rapids, es el mayor centro de salud federal de Michigan— y el apoyo de la Fundación W. K. Kellogg, ambas organizaciones han trabajado juntas para implementar enfoques innovadores destinados a reducir las disparidades raciales en materia de salud en la región.
“Las disparidades existían mucho antes de que llegara la pandemia de COVID-19, y seguirán existiendo mucho después”, afirmó Tasha Blackmon, directora general de Cherry Health y miembro de la junta directiva de B.I.C. “El acceso a la atención médica y, en este caso, a las pruebas de inmunización y vacunación siempre ha sido un reto para las comunidades marginadas. Sin embargo, creo que durante la pandemia de COVID-19 pudimos derribar algunas de esas barreras al asociarnos con organizaciones comunitarias para garantizar que la gente confiara. La confianza es fundamental”.
Disparidades en materia de COVID-19 entre la población
Tras el brote pandémico, Michigan se convirtió en uno de los primeros estados del país en empezar a analizar los casos y muertes por COVID-19 según la raza. En abril de 2020, Michigan concluyó que el 40 % de las personas que fallecieron a causa del virus eran negras, a pesar de que solo representaran el 13 % de la población del estado.
El impacto desproporcionado del virus estimuló conversaciones sobre el acceso desigual y los determinantes sociales de la salud (las condiciones en las que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen), lo que llevó a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, a crear el grupo de trabajo Michigan Coronavirus Task Force on Racial Disparities.
En su informe de noviembre de 2020, el grupo de trabajo descubrió que la tasa acumulada de casos de COVID-19 en poblaciones negra y afroamericana del estado era un 40 % superior a la tasa en poblaciones blancas entre marzo y octubre de ese año. Además, el grupo de trabajo informó de que la tasa acumulada de casos de COVID-19 por millón de habitantes entre las personas hispanas y latinas de Michigan era más de un 70 % mayor a la de la población blanca durante ese periodo.
Las marcadas disparidades entre las personas de color pueden atribuirse a numerosos factores, como el racismo sistémico y sus efectos consecuentes sobre los factores sociales y económicos, así como a traumas históricos (como el Experimento Tuskegee), que han provocado un escepticismo general y desconfianza en sistema de salud entre muchas personas negras. Tras el brote de COVID-19, también fue necesario combatir la desinformación descontrolada sobre el virus, las pruebas y las vacunas recién desarrolladas.
"Atender a la gente donde se encontraba"
Senita Lenear, directora general de B.I.C., afirmó que la organización actuó rápidamente para ayudar a abordar las desigualdades en la atención médica en medio del brote pandémico al asociarse con Cherry Health para “reducir las barreras y atender a la gente donde se encontraba”.
“Sabíamos que había muchas dudas en la comunidad negra, y con razón. Esto por la historia de las personas de raza negra y la medicina en este país”, dijo Lenear. “Entonces, empezamos a organizar espacios de vacunación en lugares como salas de conciertos, reuniones de asociaciones de vecinos, el día del contenedor y los días de trituración. Esas fueron las acciones que emprendimos para ser más originales”.
Con Cherry Health administrando las pruebas y las vacunas, B.I.C. trabajó en la capacitación y el compromiso con la comunidad negra de Grand Rapids, al aprovechar su capital social para compartir información a través de fuentes de confianza.
“B.I.C. hizo un gran trabajo: llevó a cabo muchas encuestas por los barrios, yendo de puerta en puerta y preguntando a la gente qué dudas tenían”, dijo la Dra. Jenny Bush, jefa médica interina de Cherry Health. “Creo que se abrió un espacio para poder tener más conversaciones sobre este tema. Acudíamos a muchos actos comunitarios y la gente podía hacernos preguntas. A veces, teníamos vacunas. Las personas que salen de casa para divertirse no quieren que les piquen con una aguja. Sin embargo, muchas de ellas al menos se informaban y reconsideraban su decisión. Al generar más confianza en la comunidad, B.I.C. fomenta una mayor concientización”.
Blackmon afirmó que la relación entre Cherry Health y B.I.C. es “simbiótica”, en el sentido de que ambas organizaciones tratan de reducir las disparidades raciales en materia de salud. Los esfuerzos de divulgación realizados desde el inicio de la pandemia de COVID-19 han contribuido a reforzar las relaciones existentes con otros socios comunitarios, así como a establecer vínculos nuevos.
“Intentamos coordinarnos entre organizaciones para tener el mayor impacto posible en nuestra comunidad. Y creo que eso fue algo hermoso que se dio”, dijo Blackmon. “Y esa es una de las cosas con las que realmente espero que continuemos, porque creo que ahí es donde empiezas a ver el verdadero impacto”.
La labor continúa
Desde la oleada inicial de COVID-19, Michigan ha experimentado una notable disminución de los indicadores negativos para las comunidades minoritarias. En su informe final, publicado en febrero de 2023, el grupo Michigan Coronavirus Racial Disparities Task Force constató que las disparidades se habían reducido entre la población negra/afroamericana, indígena y otras personas de color. En 2020, la tasa de mortalidad por COVID-19 por cada 10,000 personas para los habitantes de raza negra de Michigan fue de 22.8, significativamente superior a la media nacional (15). En 2022, la tasa de mortalidad de los habitantes negros de Michigan había descendido a 8.6 por cada 10,000 personas.
Durante una rueda de prensa para anunciar el informe final de Michigan Coronavirus Task Force for Racial Equity, el vicegobernador Garlin Gilchrist II, presidente del grupo de trabajo, reconoció que las estrategias de intervención, como los centros de pruebas y vacunación en los vecindarios, las unidades móviles, diversas estrategias de comunicación y las subvenciones locales han contribuido a reducir las injusticias en materia de salud.
“Este informe trata sobre cómo podemos salir adelante, específicamente con la pandemia de COVID-19, y, de manera general, cómo podemos abordar las disparidades en materia de salud para obtener mejores resultados”, afirmó Gilchrist.
Para B.I.C., hacer más accesible la asistencia médica a las personas negras sigue siendo una de las misiones principales. Además, la organización trabaja para proporcionar ayuda a la vivienda, combatir la inseguridad alimentaria, promover oportunidades de empleo e igualar las condiciones de la población negra de Grand Rapids.
Lenear señaló que la organización estaba en pañales al principio de la pandemia pero, tres años después, sigue creciendo para crear un impacto a largo plazo.
“Nos dimos cuenta rápidamente de que necesitábamos estar juntos como entidad, ya que había mucha sinergia cuando nos sentábamos todos a la mesa y hablábamos de temas que iban más allá de COVID”, dijo Lenear. “Desde el principio supimos que esto sería algo más grande que solo la pandemia de COVID”.
Blackmon hizo eco a ese sentimiento al mencionar cómo las organizaciones como Cherry Health y el B.I.C. pueden fomentar el cambio en Grand Rapids de un modo que otras comunidades puedan emular.
“Reunirnos durante la pandemia de COVID-19 nos ha demostrado lo que podemos lograr cuando todos trabajamos juntos por una causa común, siendo la atención al paciente el núcleo de la misma”, afirmó Blackmon. “¿Cómo podemos aprovechar todo lo aprendido durante la pandemia de COVID-19 para mejorar la atención y la conectividad con los recursos de nuestra comunidad? A veces, no es que los recursos no estén disponibles, es que la gente no sabe cómo acceder a ellos. El apoyo nos permitió reforzar muchos de nuestros lazos comunitarios e, incluso, forjar nuevas relaciones con organizaciones locales. Creo que, en última instancia, el resultado final es que la comunidad tiene una vía para conseguir las cosas que necesita”.
La Fundación Kellogg se asocia para promover la equidad en materia de salud en Grand Rapids
Las disparidades en materia de salud que afectan a las personas de color existían mucho antes de la pandemia de COVID-19, pero el brote de coronavirus magnificó la necesidad de ampliar el acceso de las poblaciones vulnerables a la atención médica.
La doctora Marijata Daniel-Echols, responsable del programa Equity Grantmaking Program Officer de la Fundación W.K.Kellogg y miembro del Michigan Coronavirus Task Force on Racial Disparities, afirmó que la pandemia puso de manifiesto y exacerbó las desigualdades preexistentes en la atención sanitaria.
“Durante la pandemia mucha gente se familiarizó con el término ‘determinantes sociales de la salud’, y algunas personas también se refirieron a los determinantes políticos de la salud”, dijo Daniel-Echols. “Fundamentalmente, un análisis de las causas profundas de ambos conceptos apunta al racismo sistémico, que conduce a un acceso dispar a los recursos políticos y sociales necesarios para tener una buena salud. Este contexto de desigualdad ya existía antes de la pandemia, y las terribles implicaciones de la intersección de factores como la pobreza y la raza/etnia quedaron al descubierto durante la pandemia”.
En respuesta a las necesidades de salud inmediatas y a largo plazo de las comunidades de color de Grand Rapids, dos donatarios de subvenciones de la Fundación W.K. Kellogg se unieron en colaboración con otras partes interesadas de la región para combatir la desinformación sobre el COVID-19 y, al mismo tiempo, aumentar el acceso a las pruebas y las vacunas a través de un servicio móvil comunitario.
Cherry Health, el mayor centro de salud federal de Michigan, se asoció con B.I.C. para fuentes confiables sobre las pruebas y las vacunas contra la COVID-19, trabajar para eliminar las barreras de acceso a la vacunación y ayudar a los residentes de raza negra de Grand Rapids para que utilicen el sistema de salud para acceder a otros servicios necesarios.
Las organizaciones recibieron una ayuda combinada de 1.4 millones de dólares de la Fundación W.K. Kellogg en beneficio de los niños y las familias del área metropolitana de Grand Rapids.
“En la fundación identificamos la equidad racial, el compromiso auténtico con la comunidad y el liderazgo comunitario como nuestro ADN. Cada inversión que realizamos se basa en estos cimientos”, afirmó Daniel-Echols. “B.I.C. y Cherry Health representan estos tres conceptos en acción.
Durante la pandemia, priorizamos la financiación de programas y servicios, ya que nos enfrentábamos a situaciones de vida o muerte en tiempo real. Sin embargo, nunca dejamos de considerar la importancia de promover cambios en la forma en que las instituciones colaboran entre sí y en cómo las políticas más amplias impactan en el bienestar de los niños, las familias y las comunidades”.
A medida que la pandemia disminuye, Daniel-Echols señaló que se sigue trabajando para eliminar las barreras que impiden el acceso de las poblaciones vulnerables a la atención médica.
“La pandemia fue una época terrible y aterradora para todos”, afirmó Daniel-Echols. “Para quienes han atendido y continúan atendiendo a las comunidades vulnerables antes, durante y después de ese periodo, el trabajo sigue siendo el mismo. Es decir, unirse para abordar las políticas y prácticas que impiden que los niños, sus familias y comunidades prosperen, e impulsar las políticas y prácticas que sí lo hagan.”
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